Cofradía California

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Hermano Mayor

Queridos hermanos y hermanas californios, un vez más me brindáis, como Hermano Mayor de la Cofradía, mediante este breve saluda, con motivo de la Cuaresma, la posibilidad de acercarme a vosotros a través de la nuestra página web.

De nuevo nos encontramos inmersos en la Cuaresma, término que significa “cuarenta”. Número simbólico que expresa víspera, y se aplica a los 40 días de intensa preparación de algo muy importante, que para nosotros los cristianos, es la fiesta de la Pascua. No podemos entender la Cuaresma si no es en función de la Pascua. Así mismo, la Cuaresma, es tiempo de conversión, de cambio, de lucha para quitar de nosotros lo malo y lo que nos aleja de Dios, de tratar de ser cada día mejor en todo lo que hacemos. Es tiempo, también, favorable para el anuncio y la escucha de la Palabra.

Como de todos es sabido, la Cuaresma es también tiempo en el que los cofrades y entusiastas de las diversas Hermandades y Cofradías pasionarias llevamos a cabo una intensa actividad preparatoria de los desfiles de Semana Santa, que hacen que nuestras procesiones sean, si no las mejores, si al menos diferentes a las del resto de España, gracias a las notas que la caracterizan, como la luz, el orden, la flor y su rico colorido, dejando en las pupilas de propios y extraños esa sensación especial que la distingue del resto de pueblos y ciudades de nuestra patria. Desde luego, vivir en Cartagena, sobre todo en Semana Santa, es un privilegio y las Cofradías con el paso del tiempo han ido acumulando y dejando un poso de solemnidad, de popularidad, de fervor y piedad, de vivencia del Misterio que transforma la vida y hace presente a Dios en las calles.

Ahora bien, lo que nunca debemos olvidar los procesionistas es que lo que hace realmente sugestivas las celebraciones litúrgicas y las procesiones de Semana Santa, no es solo su belleza y simbolismo, sino que conmemoramos un hecho histórico, algo que de verdad ocurrió, es decir, el Misterio de la Pasión y Muerte de Jesús. El Salvador de cada hombre y mujer, de ayer, hoy y mañana, sufrió el tormento, despreciado, escupido y flagelado, y terminó atravesado en un madero, como un hereje. Como afirma el Papa Francisco en su homilía del Domingo de Ramos:  “Jesús no entra en Jerusalén para recibir los honores reservados a los reyes de la tierra, a quien tiene poder, a quien domina; entra para ser azotado, insultado y ultrajado… entra para recibir una corona de espinas, una caña, un manto de púrpura: se realeza será objeto de burla, entra para subir al Calvario cargando un madero….. entra para morir en la Cruz. Y es aquí  donde resplandece su ser rey según Dios: su trono regio es la Cruz ¿Por qué la Cruz?. Porque Jesús toma sobre sí el mal, la suciedad, el pecado del mundo, también el nuestro, el de todos nosotros, y lo lava, lo lava con su sangre, con la misericordia, con el amor de Dios….. Este es el bien que Jesús nos hace a todos sobre el trono de la Cruz. La Cruz de Cristo, abrazada con amor nunca conduce a la tristeza, sino a la alegría, a la alegría de ser salvados….  ”  Es por ello, por lo que los hombres y mujeres cristianos nunca debemos estar tristes, pues nuestra alegría no es algo que nace de tener muchas cosas, sino que nace de haber encontrado a una persona, Jesús, que está en medio de nosotros; nace de saber que, con Él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles, Él nos acompaña y nos carga sobre sus hombros, como también afirma el Papa Francisco “…en esto reside nuestra alegría, la esperanza que hemos de llevar en este mundo nuestro… ¡No os dejéis robar la esperanza! ¡No dejéis que os roben la esperanza! La que nos da Jesús”.

Hermanos y hermanas cofrades, os animo a que continuéis trabajando por la Cofradía, bien en las distintas Agrupaciones que conforman nuestra Hermandad, bien en las diversas Áreas de la misma donde aportáis vuestro esfuerzo, conscientes de que con vuestro trabajo, ilusión y testimonio cristiano, contribuís al engrandecimiento de la Cofradía y de la Semana Santa. Protagonistas y sabedores del legado que, desde hace más de doscientos sesenta y ocho años, recibimos de nuestros mayores y con el empeño de conservarlo, enriquecerlo y transferirlo a las jóvenes generaciones.

Por último, deseo, una vez más, dejar patente mi agradecimiento por darme la oportunidad de acercarme a vosotros a través de esta página web. Con la mirada puesta en el Santísimo Cristo del Prendimiento, desearía terminar con un fragmento de la Carta Pastoral “Testigos y Misioneros de la Caridad” de nuestro Obispo Diocesano, para el curso 2014 / 2015: “Este año, la Virgen de la Caridad nos está invitando a todos a acercarnos a su bendita imagen como hijos, para aprender de su corazón henchido de amor y atravesado por siete espadas, para imitar su ternura……..María está al pie de la Cruz de Redentor, asociada a la Pasión de su Hijo, sosteniendo en sus brazos al que ha pagado por nuestros pecados el precio de su sangre. Sus manos sostienes también el dolor y los sufrimientos de los que suplican….. Ella es madre y escucha a sus hijos. Sigamos los pasos de los fieles de Cartagena y acudamos a la Virgen con confianza, con la seguridad de vernos apoyados en las pruebas diarias, porque Ella nos recibe con amor de Madre”.

Recibid un cordial y fraternal abrazo.

 

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